Superando a Years and Years

  

La llegada de un futuro distópico que, de haberse escrito, hubiera fracasado.

Es abril de 2020. El hemisferio norte comenzó a transitar la primavera y en el sur el otoño se presenta muy benévolo climáticamente hablando. Todo lo que nos rodea parece  un capitulo de “Years and Years”[1]. El mundo comparte las mismas imágenes: ciudades vacías, aislamiento social, lugares de esparcimiento convertidos en hospitales de campaña, número de infectados, recuperados, muertos, agradecimiento al personal que está en la primera línea de “combate” en todos los países, solidaridad y xenofobia entre vecinos con el mismo grado de intensidad. Sabemos que han habido pandemias en la historia de la humanidad que fueron mucho más violentas que la que estamos atravesando. Un ejemplo es la gripe española en 1918 que mató al 25% de la humanidad en aquel momento. Pero la diferencia fundamental es la velocidad de propagación de las noticias, imágenes y dramas humanos, que, sumado al hecho de vivir en una aldea global, provoca que todos los lugares sean conocidos, afectivamente cercanos. Estas imágenes instantáneas del mundo generan ansiedad, temor y nostalgia por el mundo que fue y que ya no es.

Aparecen preguntas sobre la economía global, la caída de los productos brutos de los países o el rol del Banco Mundial. Aparecen oscuros gurúes pronosticando cuando será el final de este ciclo. La necesidad de una fecha, un horizonte de planeamiento para que las personas, podamos volver a abrazar la fantasía de que alguna vez volveremos a lo que teníamos. Algunos pronostican que el retorno a lo conocido será en agosto 2020 mientras Bill Gates, uno de los más osados pronosticadores, plantea que volveremos a la normalidad recién en septiembre de 2021. Pero ¿qué será para ese entonces la normalidad?

Desde hace un tiempo que las organizaciones comenzaron a plantear la vocación por innovar, algunas por necesidad y otras por moda. Repasemos dos nociones básicas sobre la tipología de la innovación:

  • incremental, es aquella que propone un salto en el uso de la tecnología que utilizamos. Para ejemplificar cada modelo de teléfono celular es más potente que el anterior. Es el proceso que mantiene las reglas de juego, mejorando la prestación. 
  • disruptiva, es aquella que rompe las reglas de juego, el ejemplo más utilizado es la creación de Airbnb versus la forma de hospedarse tradicional.

Cuando buscamos en Google o en un banco de imágenes la palabra disrupción, el resultado que obtenemos es disrupción como sinónimo de creatividad. Pero la definición de disrupción es interrupción o rompimiento con la manera tradicional de ejecutar algo. La palabra viene del inglés disruption, que a su vez deriva del latín disruptio, que significa fractura.

Estamos inmersos en uno de esos grandes procesos disruptivos de la humanidad, que según la sociología ocurre cada quinientos años. Es una disrupción creada por un virus microscópico, de altísima propagación por la capacidad de contagio que presenta. 

Entonces, ¿es posible hablar de aprendizajes en este periodo? Aprender consiste en transformar la información que recibimos en un conjunto de conocimientos útiles y explorables[2]. Pero no será que ante COVID 19 no es posible aprender sino repensarnos, sabiendo que viviremos en un escenario que aún no conocemos. Emprender un viaje al corazón mismo de la incertidumbre. ¿Cómo prepararnos para algo que no sabemos que es?. 

Para ayudar a repensar la vida post COVID 19, va esta primera lista de algunas de las disrupciones más significativas que hasta ahora, parecen manifestarse:

  1. Los dos polos de la relación dialéctica aislamiento – sociabilidad necesitan una resignificación. Extrañamos compartir una cena en una restaurante, pero nos olvidamos que muchos de ellos, tuvieron que implementar ¨lugares aislados de celulares¨, porque las personas no nos comunicábamos cara a cara. Hoy, en aislamiento, aquellas personas que tienen el privilegio de acceder a la tecnología, se ven y escuchan a través de plataformas quizás más que cuando se encontraban en el mismo espacio. Compartir el espacio daba por sentado, que existía proximidad, comunicación, empatía, simpatía y entendimiento.
  2. La organización jerárquica social como la conocemos hoy basada en las variables de poder y dinero, parecería estar quebrada. COVID 19 rompió y sigue rompiendo este orden social. Los históricamente vulnerables, los niñ@s, son los menos vulnerables frente a la enfermedad y el foco del problema está en el grupo etario productivo, potente, que viaja, se desplaza, genera ingresos. Encontramos una horizontalidad en la variable ”poder“ del orden social, ya que se puede enfermar tanto un abuelo de un geriátrico humilde, como Boris Johnson. Parece quedar claro que en el mundo post COVID 19, el poder y el dinero ya no serán los ordenadores sociales que supieron ser, ¿cuáles serán los nuevos ordenadores sociales entonces?
  3. Hoy en día, se expresan y viven como nunca, algunas frases que históricamente se escuchaban, pero no se vivenciaban: nadie puede solo. Hoy cuidarte es cuidar al otro. El uso de tapaboca es cuidarte, ¿cómo te cuidas? Cuidando a los demás. No hay más “sálvese quien pueda”, la única forma de salvarse es cuidando realmente a los otros.
  4. En el aislamiento social preventivo y obligatorio, hay una nueva noción del tiempo. Ayer y hoy, viernes y domingo son muy parecidos, al igual que la mañana y la tarde. El trabajo se entremezcla con tareas hogareñas, reuniones informales o compras de productos elementales. La simultaneidad de las acciones parece tomar el centro de la escena.
  5.  Por último, tenemos que volver a pensar en la implicancia de la relación público – privado que conlleva un nuevo concepto de transparencia. En los escritos de antropología feminista, ya se planteó el problema de la división del trabajo. En ellos se establecía que las tareas públicas recaían en el varón mientras que las actividades privadas y de cuidado debían ser asumidas por la mujer. Hoy cuando los pares antagónicos trabajo – hogar son uno, queda de manifiesto que estas divisiones culturales comienzan a carecer de sentido. Que las máscaras que utilizamos en ámbitos laborales se caen: l@s profesionales tiene hij@s que juegan, mascotas que cierran laptops, canas que crecen, ropa cómoda que jamás usaríamos en una reunión de directorio.

La pregunta que se despierta y nos despierta es, ¿cómo te estas preparando para la aventura que se viene? 

Continuará….


[1] “Years and Years” Miniserie de TV de BBC. 6 episodios. Narra la historia de la familia Lyon a lo largo de quince años clave de la sociedad británica, repletos de convulsivos cambios políticos, económicos y tecnológicos.

[2] Dehaene, Stanislas, ¿Cómo aprendemos? Editorial siglo XXI, serie ciencia mayor pag.37