Encendamos la resiliencia, apaguemos el miedo

Con la aparición del nuevo microscópico enemigo mundial, la incertidumbre se adueña de nuestro ser y el miedo a lo desconocido contagia toda nuestra vida. 

Nos hemos vuelto adictos a las noticias. Los epidemiólogos son las nuevas celebrities. Antes se decía de los argentinos que todos éramos directores técnicos de fútbol. Hoy somos todos especialistas de la Organización Mundial de la Salud. Además se transformaron todas nuestras conversaciones. Estornudar o toser pasó a ser una característica sospechosa y hablar otro idioma, motivo del mas contundente rechazo social.

Pero como toda situación impensada, este escenario dominado por el COVID 19 nos lleva a un nuevo orden. Y transitar el camino hacia ese orden es complejo, por la incertidumbre que presenta. La única certeza que hoy tenemos, es que no somos los mismos que hace 15 días.

¿Qué cambió? Acá tenemos varios puntos a destacar:

La ¨fantasía del control¨, dejó su lugar al ¨descontrol de la fantasía¨, lo que puede provocar ansiedad y fobias sociales. 

Aquellos ¿lideres? que consideraban que la cercanía física era la única garantía de productividad, en 5 días tuvieron que comprender que el trabajo remoto es una posibilidad concreta,  necesaria y en algunos casos única para poder seguir adelante. 

El aislamiento que era analizado como patológico, hoy es sinónimo de salud, cuidado y solidaridad

Se hizo presente la conciencia de qué no podemos entrar ni en una ansiedad colectiva dominada por el descontrol de la fantasía ni en una negación omnipotente.

Entonces ¿qué hacemos en nuestras organizaciones? ¿Cómo seguimos adelante? Pues apagando el miedo y encendiendo la resiliencia. Comparto algunas ideas, mientras pienso que la calma, también se contagia.

La primera tendencia de talento para este 2020 dice que las personas son protagonistas y los líderes generadores de contextos. Nunca más acertada esta tendencia. Hoy más que nunca, los lideres tienen que ser generadores de condiciones de resiliencia. ¿Cómo se hace esto? Generando puntos de encuentro, armando redes de sostén, estando disponibles para los demás

Para poder cuidar a sus equipos, primero los lideres deben cuidarse a si mismos, analizando si los aspectos psico – emocionales están presentes. Por ejemplo, como el COVID-19  ataca a todos los seres humanos por igual, sin importar jerárquica, estatus organizacional, ideología, edad, debemos asumir que podemos tener miedo, vergüenza, desesperanza, cansancio. Entonces, es el momento de buscar dentro o fuera de la organización quien está mejor preparado psico – emocionalmente para capear el temporal y así poder co – crear el sostén que nuestros equipos necesitan. 

En segundo lugar, ser empáticos. La empatía consiste en darse cuenta, en observar y en percibir la alteridad; supone la percepción compartida de la existencia y la experiencia del otro[1]

Por último, informar con claridad y transparencia. Buscar fuentes confiables. Contar con claridad que tiene pensado hacer la organización: seguirá los lineamientos oficiales, buscará el asesoramiento de un equipo experto, todos tendrán home office, etc. Debemos anticipar que las medidas que se tomen por la mañana, casi con seguridad, cambiarán a la tarde. Porque esta es la gran característica de este momento, el cambio  y la incertidumbre constantes. 

Mantenernos igualmente lejos de la ansiedad y de la negación. Estar dispuestos a abrazar el cambio. Guardar distancia física pero proximidad afectiva. Generar contextos y autoevaluar nuestra capacidad pisco emocional. Ser empáticos. Informar con claridad y transparencia, dando visibilidad a la necesidad de cambiar. Algunas ideas para encender la resiliencia, apagar el miedo y volver a confiar en la fuerza de la vida. 


[1] Larban Vega, Juan, SER CUIDADOR; EL EJERCICIO DE CUIDAR